Wednesday, 16 April 2008

Otra que el dúo dinámico

Lourdes no tiene ni una pizca de make-up, aunque necesitaría toneladas. Es lo que se diría una treintañera simple –por no describirla como « dejada »-, con gafas y cabello sin peinar. Su ropa no dice nada y cae con poca gracia sobre su figura delgada. De su cuello cuelga un collar espantoso que se debe haber puesto pensando que era glamoroso.

Marta tiene unos años menos, varios kilos más, y lleva el pelo agresivamente corto y rojo. En los párpados se puso mucha sombra violeta, haciendo juego con el esmalte nacarado de sus uñas. Uno podría imaginar que encuentra sus productos de belleza en la góndola del Día Descuento, donde también compra por menos de 3 euros un vino tinto de tetra brick para beberse con su novia los fines de semana.

Ambas llevan jean y podrían estar perfectamente atendiendo la caja de un supermercado de medio pelo, en la zona de Vallecas o Balvanera. O -con muchas ganas- la sección de zapatería infantil de algún Corte Inglés.

Pero no fue allí donde yo las vi. Me tocó conocerlas hoy por la mañana, cuando ellas me hacían una entrevista para un puesto en una empresa mundialmente conocida por sus productos de maquillaje.

Y pensar que este dúo de impresentables tiene mi futuro en sus manos…Por Dios, qué injusta que es la vida!

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