Wednesday, 25 June 2008

Estrellada (Miércoles - 3a parte)



Con una mezcla de sensaciones (entre orgullo de sobreviviente y vergüenza ajena), los seis restantes estábamos bastante sorprendidos de ver que Mr. Black tenía más de veinte minutos de retraso. Nos miramos extrañados y alguno dejó escapar “no prodiga con el ejemplo” justo cuando una secretaria entró en la sala con una pila de libros. Los apoyó sobre el escritorio y comentó que hoy empezaríamos a trabajar con el material original de Star Services.

Fue la primera vez que pudimos sociabilizar un poco y nos contamos los unos a los otros qué tal nos había ido el martes por la tarde con nuestros propios alumnos. La mayoría estábamos inseguros y bastante perdidos, pero Rachel dijo que no debíamos angustiarnos porque no servía de nada.

Five”, se me escapó en voz alta mirando hacia el escritorio, “la secretaria trajo solo cinco libros y somos seis candidatos!”

Shut up!”, me gritó Rachel, “no estás siendo optimista y quizás sea un error”.

Sandra, una gordita cuarentona con toda la pinta de solterona comenzó a hamacarse en su silla y a rascarse la mano enseñadamente mientras aullaba “Fuck! We are fucked!

“No digas la ‘F word’!”, la retó Rachel, “te pueden escuchar y quizás te echan por maleducada”.

Mr. Black se asomó por la puerta y tras pedir disculpas por el retraso soltó: “May I have a word with you, Rachel?”.

Rachel obedeció y volvió 30 segundos después, llorando a mares antes de rescatar su bolso y salir del aula no sin antes advertirnos: “Creo que tienen cámaras en las aulas donde damos clases por las tardes”.

La mañana transcurrió sin mucha que otra novedad. Pero por la tarde, mientras estábamos dando clases a nuestros alumnos-espías, vigilados tal vez por cámaras ocultas, algo inesperado sucedió.

De una de las aulas comenzaron a escucharse golpes y aullidos, que continuaron por unos largos minutos hasta que por fin quien escribe estas líneas decidió interrumpir su propia clase para ver qué estaba aconteciendo. Cuando salí al pasillo, vi que los otros candidatos también estaban expectantes en las puertas de sus respectivas aulas, con sus alumnos asomándose para ver qué pasaba. Pero nadie se atrevía a dejar su puesto. Me dirigí hacia donde parecía ser la fuente del barullo, y cuando abrí la puerta me encontré a Sandra dándose la cabeza contra la pared frente a sus alumnos completamente desencajados. Entre sollozos y alaridos dejaba escapar frases tales como “I don't like Big Brother!”, “Esto no está bien” y “I can’t take it any more”. Y por supuesto la “F-word” que pronunciaba antes de cada espasmo.

La escenita terminó con una intervención de los servicios de seguridad del edificio. Y evidentemente, Sandra no volvió al día siguiente.

2 comments:

Anonymous said...

one little
two little
three little indians,
four little
five little...

Paloma said...

dejame de joder, todo esto es ficción no? xq si no hay q denunciarlos!