“No vas a hacer un escándalo por esto?!”, se inquietaba J mientras yo descargaba toda mi bronca rellenando la hoja de reclamaciones. Hace seis años que habíamos dejado de ser amigos y lo estábamos celebrando tan románticamente en el Parador de Cuenca, un hotel cuatro estrellas emplazado en un edificio histórico de estilo.
“Escándalo, no…pero dejarlo pasar tampoco!”, le contesté, mientras escribía las palabras compensación económica, arriesgándome a que se me acusara de estar tramando una argentinada.
Hacía 36 grados a la sombra y la suerte quiso que Milky Girl festejara su apasionado aniversario en una habitación con el aire acondicionado averiado. Sudada como un cerdo y lamentándome toda la noche con quejidos tales como “para transpirar así me quedaba en casa que me salía gratis”, pasé las horas de sueño acumulando furias mientras espantaba las moscas que entraban por la ventana abierta por mi desesperado marido, ávido por encontrar un poco de aire fresco que pudiera callar a su querida esposa.
Escondiendo mis ojeras de insomnio tras las gafas de sol, bajé por la mañana con todos los aires de diva, dispuesta a enfrentarme al recepcionista. “Esta carta va directo a la Junta de Castilla-La Mancha” le lancé amenazante, sacudiendo la hoja de reclamaciones en sus narices. “Y esta otra va para su director general, a quien me gustaría entregársela en mano”, agregué cocorita, mostrándole una carta manuscrita que acompañaba el típico ‘formulario de sugerencias’ del hotel, que luego de una tachadura rabiosa hecha a mano se había convertido en ‘formulario de QUEJAS’.
“Qué vergüenza”, musitó J que observaba la escenita a lo lejos, antes de agarrarme por el brazo y llevarme a la infernal habitación para recoger nuestras cosas e irnos. Yo, con la cabeza bien alta, pensaba en mi madre y lo orgullosa que estaría...J seguramente se maldecía por haber esposado una desquiciada.
Cuando volvimos al mostrador para hacer el check-out, nos esperaba un cincuentón muy elegante que nos estrechó las manos y nos mostró su impecable sonrisa antes de rogarnos que no enviáramos esa carta a la Junta. “Si me dais vuestra hoja de reclamación, nosotros podríamos compensarles con una noche gratis en cualquier Parador de España, dónde y cuándo os apetezca”, soltó por fin luego de dar algunas vueltas.
Adivinen a dónde vamos el finde que viene?
6 comments:
perfecto!!! no se donde habrán elegido pero excelente q te hayas quejado!
Ar-gen-tina!
Ar-gen-tina!
Muy bien Agus, yo hubiera hecho lo mismo.
En mi luna de miel en Rio habian sobre-vendido los vuelos, y mandaron a todos a un hotel a 20 km, a mi marido y a mi al hotel Luxor 5 estrellas dentro del aeropuerto...
"El que no llora no mama".
pau, tuviste luna de miel en brasil con problemitas? somos dos, solo que ahi no nos sirvio de nada quejarnos.
Y con la suerte q me acompania , maniana nos vamos al Parador de Toledo: J, yo, y nuestras anginas (ni soniar con el aire acondicionado!!)
como la pasaron??
tus anginas???
habia aire acondicionado?? jajaja!!
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